El FMI en la Argentina de Macri


Los efectos de las crisis económicas y los ajustes fiscales tienen consecuencias abrumadoras sobre las condiciones de vida de los ciudadanos. El aumento de la tasa de suicidios, la mortalidad infantil, el aumento de la pobreza y del consumo de drogas y la delincuencia son solo alguno de ellos. Desde los organismos internacionales de crédito, como el FMI y el Banco Mundial, se promueve a los Estados a llevar a cabo un conjunto de medidas de ajuste fiscal para “normalizar” los números de sus economías, los cuales han agudizado el deterioro de los derechos humanos de la población mundial, sobre todo en los derechos económicos, sociales y culturales.

Christine Lagarde y Mauricio Macri

El Acuerdo con el FMI que ejecutó la Argentina en el año 2018, establece un pago Stand By de 50.000 millones de dólares por 36 meses. El primer pago por US$ 15.000 millones, la mitad serán destinados a apoyo presupuestario. Algunos compromisos del Acuerdo son continuar progresivamente la baja de los subsidios a la energía y el transporte.
Los recortes del gasto público suelen afectar las condiciones de vida de las mayorías más empobrecidas. Estos han disminuido el presupuesto y la eficiencia de la sanidad pública, la seguridad social y la educación. También impulsaron reformas fiscales regresivas, recortes y topes salariales y la reducción de puestos en el sector público. Promueven la reforma de las pensiones y la racionalización de las redes de protección social. Una de las medidas más conocidas es la privatización de los servicios y proveedores públicos y la introducción de tarifas para los usuarios, junto con la reducción de las subvenciones para la energía. Por esta razón el acuerdo contempla el aumento de la asistencia social debido a “posibles deterioros de las condiciones sociales”. 
Procurar la estabilidad fiscal y financiera es necesario para garantizar los pagos de los intereses de los préstamos que los mismos organismos de crédito brindan. Además, se pretende imponer en los Estados la reducción de los derechos laborales, la desregulación  económica y la eliminación de instituciones del Estado encargadas de recibir y satisfacer ciertas demandas de la sociedad. El acuerdo promete una disminución de gastos en compras de bienes y servicios por parte del Gobierno Nacional en términos reales, por lo que la prestación de asistencia social, servicios de salud, seguridad, y demás campos de intervención del Estado presentarán menos cobertura.
Los daños que estas medidas generan sobre los derechos humanos dependen de un conjunto variado de factores. El objetivo de dichas reformas tendría que consistir en mejorar la eficiencia de la protección social y las condiciones mínimas de trabajo, no en eliminar estos sistemas de protección. Esto se debe a que las decisiones en la esfera gubernamental suelen tomarse en base a las recomendaciones de los prestamistas para garantizar el otorgamiento de los créditos, y no en base a análisis rigurosos y eficientes de la realidad de cada país. En vez de diseñar e implementar políticas de promoción del trabajo y la producción que logren cortar con los ciclos recesivos, se promueve una política de austeridad que enfría la economía y genera una nueva cantidad de pobres. Las modificaciones impositivas llevadas a cabo por el Gobierno macrista no generaron siquiera un aumento de la recaudación ni crecimiento económico que permita impulsar la recaudación para disminuir el déficit fiscal. Por el contrario, se incentivó un sistema tributario más regresivo.
En el actual presupuesto para el año 2019, los “servicios de la deuda pública” aumentaron estrepitosamente su participación en el gasto respecto a 2015 como consecuencia del grave endeudamiento externo realizado por el Gobierno argentino. Lo que el Estado logró obtener en dinero dejando de subsidiar los servicios, a las familias y a las pymes, actualmente lo gasta en el pago de la deuda pública contraída. Como una de las últimas medidas llevadas a cabo por el gobierno de Macri, el Estado se financiará con dinero de la Anses para la emisión de Letras del Tesoro por hasta 86 mil millones de pesos, a un año de plazo, según el Boletín Oficial.

Christine Lagarde y Nicolas Dujovne

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU en 2012, intentó establecer  los límites legales internacionales que deben respetar las reformas económicas y de consolidación fiscal. Los Estados y las instituciones financieras deben evaluar el impacto de estas, en particular cuando se prevea que puedan registrar consecuencias negativas sobre los derechos humanos. Es necesario desarrollar un marco legal que limite los alcances de ciertas medidas de ajuste, y promover el análisis de las respuestas alternativas a las crisis que puedan ofrecer una vía más sustentable y respetuosa de los derechos humanos. El mismo ex economista en Jefe del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, ha criticado enormemente el papel del FMI, postulando que se han implementado recetas viejas e ineficaces sin tener en cuenta el impacto sobre la vida de la gente.
Para el FMI, la deuda es sostenible si el Estado logra obtener los recursos para el pago de sus intereses, aunque su población sufra las consecuencias de la austeridad. La idea de sustentabilidad de la deuda debería incorporar el bienestar económico y ambiental de la sociedad. Las políticas de ajuste estructural han causado hambre y conflictividad social. Aun en las ocasiones en las cuales no provocaron consecuencias enormemente negativas, los beneficios se repartieron de forma totalmente desigual. Los Bancos Internacionales fueron los más beneficiados de las políticas de flexibilización y desregulación de la economía, sobre todo en América Latina, permitiendo la expansión de los flujos especulativos de capital.
Es necesario garantizar el goce de los derechos económicos sociales y culturales, en el camino al mantenimiento de la estabilidad económica. Es necesario imponer límites a las medidas que protejan los intereses de los grandes capitales financieros. El desarrollo de mejores democracias e instituciones más transparentes es un punto fundamental para esta tarea. Solo de esta manera se logrará terminar no solamente con los ciclos recesivos de la mayoría de los países, sino con la creciente desigualdad del planeta en que vivimos en la actualidad.

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