Blas de Lezo, el hombre que humilló al imperialismo británico

 


Artículo escrito por Dante López Raggi

La tergiversación de la historia nacional:

La narrativa histórica de muchos países a menudo pasa por alto a los verdaderos héroes que sacrificaron sus vidas por su nación. Esto puede deberse a la falta de documentación bibliográfica adecuada o a la intención de ciertos actores de distorsionar la historia, ocultando las hazañas patrióticas para evitar revelar la esencia de la Patria real.

Pues si se le otorga una gran relevancia a esta falsificación, se evocan las palabras de Arturo Jauretche en Política nación y revisionismo histórico:

Y la historia falsificada, en la misma medida que contribuye a ocultar y desfigurar la idea de nación, glorifica a los que subordinaron esta a esos fines particulares y se disciplinaron en el interés extranjero. Es decir, construye la moral política que corresponde a su visión antinacional. Nos priva de la moral de lo nacional, sin lo cual no pudo haber nación. También en el orden ético no hay Política Nacional sin historia revisada, porque el cipayo y el vende patria son consecuencias lógicas y hasta prestigiosas en una historia que ha condenado a la política nacional y glorificado la sumisión al extranjero.[1]

Desde hace largos años, se llevó a cabo una historia falsificada que tendió precisamente a cegarnos la visión de los fines históricos y nacionales por simplemente objetivos y disputas ideológicas extranjeras. Tal embate, lo podemos observar en uno de estos héroes llamado Blas de Lezo.

El joven de la Cristiandad:

Este escrito no tiene la intención de ofrecer un análisis exhaustivo sobre la vida de Blas, ya que habrá otras ocasiones para realizarlo. Sin embargo, se busca resaltar un acontecimiento que dejó una huella en la historia universal y que debería ser motivo de orgullo para los criollos e hispanoamericanos.

Dicho hombre, fue un Almirante español que participó en varias acciones navales a lo largo del reinado de Felipe V. Lezo organizó la protección de los dominios españoles de Chile y Perú contra los piratas, dirigió en 1732 la toma de Orán y, como comandante general de Cartagena de Indias, defendió la localidad del ataque inglés (1741).

En 1702, en el momento en que solo tenía trece años, ingresó como guarda marina en la Armada franco-española, en medio de una guerra de sucesión al trono español (1700-1714). Su educación y preparación las adelantó en París y sirvió por vez primera en la flota del primer almirante el conde de Tolosa, bastardo de Luis XIV de Francia; en la guerra de Vélez-Málaga, el 24 de agosto de 1704, el solamente joven Blas de Lezo perdió la pierna izquierda de un cañonazo, pero lejos de abandonar, siguió en su puesto de batalla, de tal manera que el propio almirante le elogió y por su comportamiento ante la batalla y la adversidad, fue ascendido a Alférez de Bajel de Alto Bordo.[2]

A pesar de sufrir un gran daño físico, el marino sirvió con entusiasmo y en 1705, como alférez de navío, asistió al socorro de Peñíscola; en 1706 condujo múltiples convoyes mandados desde Francia a Felipe V, aspirante borbón al trono español y nieto de Luis XIV. En ese año Blas de Lezo atacó y también incendió por vez primera un navío inglés, el Resolution, cerca de Ventimiglia.

Al año siguiente la adversidad volvió a ensañarse en él, ya que, siendo comandante de un destacamento que defendía el fuerte de Santa Catalina, en Tolón, contra el furioso ataque del duque de Saboya, perdió el ojo izquierdo. Sin importarle esto y con un amor enorme a su Patria, dos años después pasó al servicio de la Armada española, bajo el mando del gaditano don Andrés de Pes.

Blas, un joven de la Cristiandad con un espíritu indomable, sufrió la pérdida de su brazo derecho el 14 de agosto de 1714, en medio de los combates que se desarrollaban, y espero que el lector esté consciente de esta valiente historia.

Retrato de Blas de Lezo

Fuera piratas ingleses de las tierras católicas:

No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada”, se puede leer en Mateo 10:34-36. Este pasaje del Nuevo Testamento se hizo evidente en la figura de Blas de Lezo, quien no dudo ni temió al levantar su espada para proteger las tierras de la Patria consagrada hispanoamericana.

Tras la Guerra de Sucesión, la Armada de España se dedicó a contrarrestar la acción de los piratas ingleses y holandeses, causantes en parte importante de la depredación económica de España. Blas de Lezo fue comisionado a ese servicio. Es necesario tener en cuenta que para el siglo XVI, el protestantismo comienza a expandirse por una parte de Europa, especialmente en Inglaterra, por ende, la corona enfrento al papa en 1533, creando la Iglesia anglicana, consecuentemente los bienes de las congregaciones disueltas católicas fueron comprados por nobles y burgueses ricos.

Esto ya lo detallo Marcelo Gullo en su libro Nada por lo que pedir perdón:

Durante el corto reinado de Eduardo Vl, hijo de Enrique Vlll, Inglaterra se adhirió formalmente a la Reforma, y el calvinismo penetro en las clases altas urbanas. En 1553 llego al torno su hermana María Tudor, hija de Catalina de Aragón y esposa de Felipe ll de España, que restableció el catolicismo y gobernó durante cinco años. En 1556 comenzó el reinado de Felipe ll y en 1558 llego al trono de Inglaterra Isabel l, hija de Ana Bolena, que se convirtió en partidaria de la Reforma. Mediante la llamada “Acta de Uniformidad”, dictada en 1565, Isabel l organizo la Iglesia anglicana, momento en el que se reinició la persecución contra los católicos y otros protestantes no anglicanos.[3]

Por lo cual, en pleno siglo XVII, Blas se encontraba en oposición a las garras de la lujuria y el expolio del imperialismo británico, así como a la distorsión y deformación de la liturgia católica. Esta fe engañosa, que persigue el placer materialista y mundano, emergió en el contexto del proceso histórico moderno, creada por el ominoso Martin Lutero.

“Porque donde Dios edificó una iglesia, allí el Diablo también construiría una capilla… Así es el Diablo siempre el mono de Dios.” – Martín Lutero

Ante los abordajes de corsarios y piratas (la mayoría financiados por la corona inglesa) a barcos españoles en el Caribe, además del contrabando de los bienes robados, estaban a la orden del día. El imperio español decidió establecer patrullas por todo el Caribe para detener la actividad pirata y su contrabando asociado. Además, por la disputa comercial internacional se desata la guerra llamada “el asiento”.[4]

Antes de la declaración formal de guerra, ya había partido de Londres una flota al mando del almirante Edward Vernon con la cual pretendía conquistar algunas de las principales plazas españolas en Cuba, Panamá y Colombia. Vernon afirmaba que, si Portobelo y Cartagena caían, los españoles lo perderían todo. Dicho general convenció a las autoridades para lanzar el ataque definitivo contra Cartagena de Indias en una operación relámpago que le permitiría marchar luego a la conquista de Perú.

Fue entonces que el rey inglés Jorge II autorizó su plan y puso a su disposición una flota compuesta por 186 barcos, 2.000 cañones y 30.000 soldados, reforzada en Port Royal, Jamaica, por sus colonias en Norteamérica y considerada la segunda mayor flota de guerra de la historia. La desproporción de fuerzas era evidente, ya que Cartagena disponía de seis buques de guerra y 3.000 hombres para defenderse, ante lo cual la derrota parecía evidente.

Fue así que cuando las velas británicas fueron avistadas en Cartagena, Blas de Lezo, al frente de las defensas, los estaba esperando. En consecuencia, se destacó la astucia de Felipe V, quien otorgó un notable impulso a los servicios de inteligencia, logrando infiltrar agentes en la corte de Jorge II y en el cuartel general del almirante Edward Vernon.

La bahía de Cartagena contaba con dos entradas: la de Bocagrande, que fue bloqueada por los españoles con cadenas y protegida por diversos fuertes y baterías, y la de Bocachica, resguardada por los imponentes fuertes de San José y San Luis. La armada de Vernon se dirigió al paso de Bocachica, donde el primer buque que se acercó fue cañoneado desde los fuertes y cuatro navíos españoles, perdiendo otros 11 barcos los ingleses.[5]

Ante el colapso de su plan, Vernon optó por intensificar su ataque mediante el uso de artillería, bombardeando las defensas de la bahía durante varias semanas. Consciente de que las fortificaciones no resistirían por mucho tiempo, Lezo dio la orden de evacuar los fuertes y hundió sus seis barcos para obstruir la entrada a la bahía, lo que retrasó significativamente el avance de las fuerzas inglesas.

Destruidas las defensas españolas y despejado el canal de entrada, los imperialistas entraron triunfantes en la bahía a bordo de su buque insignia con las banderas desplegadas. Pero los españoles no se habían dado por vencidos; se habían refugiado en la fortaleza principal de Cartagena, el castillo de San Felipe de Barajas, y estuvieron decididos a resistir hasta el último momento.

Plano de la bahía de Cartagena de Indias en 1735.

Ataque británico a Bocachica

Patria o colonia:

Los ingleses iniciaron un constante bombardeo del castillo, que contaba con solo 600 defensores bajo el mando de Blas de Lezo, hasta que Vernon ordenó el asalto. Reconociendo que un ataque directo sería un acto suicida, el comandante inglés optó por rodear la fortaleza y atacar por la parte trasera. Esta estrategia los llevó a adentrarse en la selva, donde sufrieron grandes pérdidas, ya que cientos de sus hombres contrajeron malaria.

El primer ataque se dirigió hacia la entrada de la fortaleza, una angosta rampa que Lezo ordenó bloquear con 300 hombres armados únicamente con espadas y cuchillos, quienes lograron repeler el asalto y ocasionar 1.500 bajas enemigas.

Frente a la terrible pérdida de tropas y una moral baja. Vernon y sus oficiales optaron por que sus tropas utilizaran escalas para sorprender a los defensores en la noche del 19 de abril de 1741. Se dispusieron en tres columnas, pero al llegar a las murallas, se encontraron con una situación inesperada. Blas de Lezo, anticipándose al ataque, había ordenado la excavación de un foso profundo alrededor de la muralla, lo que hizo que las escalas de los ingleses resultaran insuficientes para superar tanto el foso como la muralla. Esto dejó a los atacantes vulnerables y desorientados, lo que los españoles aprovecharon para eliminar nuevamente a cientos de ingleses.

A la mañana siguiente del 20 de abril, con un espíritu elevado, Blas de Lezo, en la vanguardia y sosteniendo su arma con un solo brazo, dio la orden de abandonar la fortaleza y lanzar un contraataque para capitalizar el impacto psicológico que habían experimentado los británicos. Esto resultó en que el enemigo se retirara y regresara a sus embarcaciones.

Los oficiales instaron a Vernon a que se retirara, pero él se negó y continuó con el bombardeo durante 30 días más. Posteriormente, ordenó un nuevo ataque que desencadenó un motín, resultando en 50 fusilamientos. Finalmente cedió y el 8 de mayo, los barcos ingleses comenzaron a retirarse de la bahía de Cartagena. Las últimas embarcaciones zarpaban el 20 de mayo, y se vieron obligados a incendiar cinco de ellas debido a la escasez de tripulación, habiendo perdido más de 10.000 hombres, mientras que los heridos sumaron 7.500. Logrando defender la Patria americana y las tierras que fueron consagradas por el cuerpo y sangre de Cristo. Negándose a convertirse en una colonia más del imperialismo anglosajón, caracterizado por su despotismo y su religión luterana.[6] 

Combate de una fragata española contra el navío inglés Stanhope.

Hombres gloriosos de la Patria:

Fue así que la victoria española se considera una de las más significativas derrotas en la historia de la marina inglesa, constituyendo además una humillación sin igual. Pero estos hechos no se detallan en nuestras instituciones educativas, espacios académicos, en la militancia política, en biografía histórica, etc. ¿Ocurrirá esto para que las naciones de Hispanoamérica no se sientan orgullosas de su identidad? ¿Se esconde a un héroe de guerra para que el criollo ignore cómo y quién forjó su ser nacional? ¿Se oculta esta historia para que el pueblo argentino desconozca la verdad de su pasado? ¿Se ignora este episodio bélico para que los pueblos de América hispana desprecien a su madre patria, España, y veneren a Inglaterra como su nación madre? Surgen numerosas interrogantes y quien lea estas líneas podría experimentar lo mismo.

A pesar de lo anterior, los hundimientos realizados por Blas evocan el hundimiento del buque destructor británico Sheffield durante la guerra de Malvinas en 1982. Continuamos en el mes de abril, lo que nos lleva a rendir homenaje a nuestros veteranos y a los caídos en esta guerra justa por la defensa de la patria y la soberanía nacional. Asimismo, es importante recordar la figura del héroe de guerra, Blas de Lezo, que debería ser un referente para todos los jóvenes que ocupan espacios importantes en su comunidad.

Es probable que sea uno de los escasos jóvenes en Argentina que esté llevando a cabo un homenaje de este tipo. Muchos de aquellos que deberían honrar a nuestros héroes, quienes sacrificaron sus vidas para evitar que fuéramos una mera colonia explotada y humillada por Inglaterra, se hallan cómodamente instalados en los sillones de esta República liberal o inmersos en un hedonismo superficial, buscando asegurar un puesto en las próximas elecciones.

La realidad que enfrentamos es innegable; sin embargo, esto no impide que se recuerde a aquellos que sacrificaron su vida por amor a su patria y a la tierra consagrada de Cristo Rey.


DANTE LOPEZ RAGGI

TRASCENDECIA PATRIOTICA:

Aquel día ardió el mar; los ángeles apreciaron tu victoria.

Hoy te encuentras entre los adalides de la trascendencia.

La vida entregaste, la espalda alzaste y con un grito defendiste la patria.

 

De rodillas ante Dios, de pie ante el mundo, tal fue la divisa.

La resistencia fue inquebrantable, el pirata ingles tembló hasta caer.

Honor y gloria, morir en la tierra que amaste, en la América fabulosa.

 

Cañones, espadas, espíritu y amor, es así la historia del hispanoamericano.

Tierra consagrada por la cruz, una fusión de sangre guerrera y el cuerpo del santo.

Tu historia resuena en las tierras, alma joven que no adoro al tirano.

 

Oh, aquí estamos, ¡marchando por el recuerdo eterno de su casco valeroso!

Vida corta, eternidad en disputa, no pretendemos caer en el pactado olvido.

Oh, aquí estamos, ¡recordando tu guerra justa ante el enemigo poderoso!

 

Ellos pasan una vergüenza universal, tu una honrosa vida en la Patria celestial.

Soldados, espíritus combativos, marchando firme, allí van… la honra patriótica.

En la pupila del hispanoamericano se refleja el honor del defensor celestial.

[Buenos Aires, 20 de abril de 2025]


Blas de Lezo humilla a Inglaterra

 

Citas:

[1] Jauretche Arturo, Política nacional y revisionismo histórico. Ediciones Corregidor, 2015, pag 74

[2] La historia, Vida y biografía de Blas de Lezo: https://lahistoria.net/biografia/blas-de-lezo

[3] Omodeo Gullo Marcelo, Nada por lo que pedir perdón. Editorial Planeta, S.A., 2022, pag 171.

[4] El Debate, Blas de Lezo, tras el ataque de Vernon a Portobelo: «Me hubiera sobrado para contener su cobardía»: https://www.msn.com/es-es/noticias/internacional/blas-de-lezo-tras-el-ataque-de-vernon-a-portobelo-me-hubiera-sobrado-para-contener-su-cobard%C3%ADa/ar-AA1CpK8u

[5] El español, Blas de Lezo, el mutilado héroe español que humilló a un imperio: con 6 barcos y 3.000 hombres venció a 30.000 ingleses y 186 naves: https://www.elespanol.com/historia/20240717/blaslezo-mutilado-heroe-espanol-humillo-imperio-barcos-hombres-vencio-ingleses-naves/871162928_0.html

[6] ABC blogs, La batalla naval de Vélez-Málaga. El día en el que ardió la mar en 1704: https://abcblogs.abc.es/espejo-de-navegantes/otros-temas/la-batalla-naval-de-velez-malaga-el-dia-en-el-que-ardio-la-mar-en-1704.html

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