🇹🇷 Recep Erdogan es presidente de Turquía desde el año 2014, previamente había sido Primer Ministro (2003-2014), su gobierno se ha caracterizado por una fuerte política interna y una política exterior expansionista, buscando mayor independencia de las potencias y tratando de consolidar poder en las regiones donde algunas ves dominó el extinto Imperio Otomano.
Algunos pilares ideológicos son importantes para poder comprender su accionar. Podemos establecer tres: el Panturquismo, el Neo-otomanismo, y el Neoislamismo.
Panturquismo:
Este es un movimiento que surgió durante la década de 1880 entre los intelectuales turcos con el objetivo de unificar cultural y políticamente a todos los pueblos túrquicos del mundo.
Esto se puede observar por ejemplo en la intervención turca en Chipre, esta isla tiene un porcentaje de población turca y conformó un estado de reconocimiento limitado denominado “República Turca del Norte de Chipre”.
Otro ejemplo es el conflicto de Nagorno Karabaj entre tropas armenias y tropas azeríes por el control de esta región de mayoría armenia pero situada dentro de la República de Azerbaiyán, de mayoría turca.
Erdogan ha promovido la unidad etnocultural y religiosa del mundo túrquico. Gracias a esto nace el Consejo de Cooperación de los Estados de Habla Túrquica (Türk Keneşi), Erodgan es la pieza clave de este exitoso movimiento.
El control de las regiones turcas permite una serie de relaciones multilaterales entre estos países de forma directa o a través de las organizaciones internacionales establecidas para tal caso que permite un amplio poder de proyección de la República de Turquía en regiones a las que culturalmente está vinculado y que ofrece una multitud de oportunidades a nivel geopolítico, económico, financiero y comercial así como cultural en la región.
Neo-otomanismo:
Esta es una corriente política turca que pretende que la actual República de Turquía tenga una mayor influencia dentro de las regiones y países que antes estaban bajo el dominio del Imperio Otomano, sin importar que estos sean turcos o no. Es decir, lograr una zona de influencia política y económica, que garantice una relación más estrecha entre Turquía y los demás países.
Esta tendencia neo-otomana se ha visto en la región de los Balcanes. Por ejemplo: Los albaneses y bosniacos, a través del Devshirme (reclutamiento de niños) y de la presencia otomana en la región, fueron convirtiéndose al Islam y adoptando los modos, formas, costumbres y tradiciones otomanas a lo largo de varios siglos. Por eso, Erdogan hace presencia en esta región.
Otro ejemplo es Libia, ya que forma parte de el espacio del norte de África posotomano. La proyección se basa en la firma de acuerdos entre el gobierno turco y el gobierno libio de Acuerdo Nacional auspiciado por la ONU en 2015. El acuerdo consta del envío de tropas turcas al país africano así como la transferencia de milicianos turcos.
Neoislamismo:
Esta corriente dentro de la visión geopolítica turca, es un pilar importante en su construcción diplomática, porque normaliza las relaciones con otras potencias regionales islámicas y se proyecta hacia las comunidades islámicas de otras partes del mundo, con el objetivo de mostrar a Turquía como la heredera legítima del califato imperial otomano.
Turquía quiere mostrarse como la verdadera defensora del Islam, y ofrece a los islamistas una larga tradición de defensa: las guerras en los Balcanes, batalla de Lepanto, los sitios de Viena, las guerras con los cosacos, contra los rusos, las revueltas árabes o los intentos de contener a las potencias como el Reino Unido. Se reivindica a la fuerza de élite otomana, los Jenizaros, como defensores históricos del Islam.
La moderna Turquía de Erdogan pretende establecer unas bases históricas de legítima defensa y, por lo tanto, de legítimo liderazgo en el mundo musulmán. No olvidemos, que su capital, Estambul fue la última capital de un califato legítimo.
Articulo: TURQUÍA, LA REVITALIZACIÓN IMPERIAL SOBRE EL PIVOTE PANTÚRQUICO, NEOTOMANO Y NEOISLAMISTA de Koldo Salazar.
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