馃嚦馃嚳 Nueva Zelanda es reconocido hist贸ricamente por ser un pa铆s desarrollado con buenos 铆ndices econ贸micos y sociales. En todo esto tuvo mucho que ver el rol del Estado y su relevante socialdemocracia.
Comenzamos en el siglo XIX, al igual que Australia, Nueva Zelanda se especializ贸 en la exportaci贸n de productos ganaderos, lana y luego l谩cteos y carne, para los cuales ten铆a fuertes ventajas comparativas, pero a diferencia de su vecino mantuvo en buena parte esta especializaci贸n, as铆, la suerte de este peque帽o pa铆s se ha asoci贸 estrechamente con el desempe帽o de los mercados internacionales.
Dos pilares son fundamentales para comprender el desarrollo de Nueva Zelanda entre el siglo XIX hasta por lo menos 1970.
El primero es la preferencia imperial al ser colonia del Reino Unido, un beneficio geopol铆tico muy importante.
El segundo es el llamado "Australian Settlement”, muy reconocido en Australia pero que Nueva Zelanda tambi茅n llev贸 a cabo. Se trataba de un acuerdo donde dominaba la discriminaci贸n racial (los sectores ind铆genas quedaban excluidos), el protagonismo del Estado colonial, la protecci贸n social y el arbitraje salarial.
El activismo estatal, se afirm贸 en la d茅cada de 1870, cuando el gobierno adquiri贸 un papel protag贸nico en la inversi贸n en infraestructura (carreteras, linea ferroviaria, tel茅grafo) se conformaron las primeras empresas p煤blicas, y se consolid贸 con las medidas adoptadas por el gobierno liberal elegido en 1891, que desarroll贸 una participaci贸n en la oferta de servicios a la vez que introduc铆a las primeras medidas de protecci贸n social.
Es decir combin贸 desde sus inicios hasta la d茅cada de 1930, un capitalismo cl谩sico competitivo en econom铆a abierta con una intensa intervenci贸n del estado colonial, en la que se vali贸 el nombre de “laboratorio social".
El “auge de Vogel” (ministro de finanzas), fortaleci贸 el patr贸n colonial de participaci贸n del Estado en el proceso de inversi贸n en colaboraci贸n con el sector privado: en el per铆odo 1871-1900, la inversi贸n p煤blica constituy贸 53% total. La tasa de crecimiento fue de 8%. Las innovaciones en materia de pol铆tica econ贸mica introducidas a partir de 1891 implicaron un primer fortalecimiento de la intervenci贸n p煤blica, que incluy贸 medidas de apoyo al lado de la oferta de bienes y servicios, as铆 como iniciativas sociales que fomentaron una demanda interna m谩s estable. En el sector primario, se tomaron medidas que favorecieron el desmembramiento de las grandes propiedades rurales en granjas individuales m谩s peque帽as y eficientes, abarataron el cr茅dito al peque帽o productor rural a trav茅s de la ley de cr茅dito a colonos (1894) y fomentaron mejoras t茅cnicas con la creaci贸n de un Departamento de Agricultura en 1892.
En materia industrial, el gobierno introdujo leyes que dotaron al pa铆s de una legislaci贸n social avanzada y estableci贸 a trav茅s de la Ley de Conciliaci贸n y Arbitraje Industrial un mecanismo centralizado de resoluci贸n de disputas y fijaci贸n de salarios que permiti贸 evitar las huelgas.
Una primera fase de expansi贸n del sector de empresas p煤blicas data tambi茅n de este per铆odo que abarca a fines del siglo XIX y principios del siglo XX: el gobierno asumi贸 el control del sistema de ferrocarriles (1893), la generaci贸n futura de energ铆a hidroel茅ctrica (1903), cre贸 doce nuevos departamentos de gobierno as铆 como muchos de los otros organismos que compusieron el sector comercial p煤blico.
La sociedad neozelandesa era socialmente m谩s avanzada, como el haber sido el primer pa铆s en conceder el derecho de voto a las mujeres (1893) y entre los primeros en introducir beneficios sociales que ya prefiguraban un futuro Estado de bienestar, como las pensiones para la vejez (1898), o de viudez (1911).
La econom铆a giraba alrededor de las granjas familiares que produc铆an lana, carnes y l谩cteos para la exportaci贸n, con ciertos desarrollos en el procesamiento industrial de estas producciones primarias y un sector que elaboraba bienes de consumo para el mercado dom茅stico, en complemento de los productos manufacturados que constitu铆an el grueso de las importaciones totales de bienes. Este sector crec铆a con apoyo de aranceles, introducidos con la finalidad de recaudar ingresos para el gobierno y apoyar actividades locales.
Con la primera guerra mundial y luego la Crisis de los a帽os 30 se profundizan algunas posturas econ贸micas y sociales: en primer lugar de la expansi贸n manufacturera, debido a la escasez de bienes importados, se dinamiz贸 el proceso de sustituci贸n de importaciones, un hecho observado en Australia y en otras econom铆as perif茅ricas. En 1931, en el momento en el cual el pa铆s fue alcanzado por la crisis, la estructura del empleo evidenciaba el cambio estructural de la econom铆a: las actividades agr铆colas segu铆an ocupando 30% del empleo total en 1931 al igual que en 1871, solo superadas por el sector comercial y de servicios (35% del empleo en 1931 contra 25% en 1871) la manufactura hab铆a aumentado su participaci贸n de menos de 5% a cerca de 12% del empleo total en el mismo lapso.
Otra cuesti贸n es que se inici贸 una nueva etapa de pol铆ticas p煤blicas m谩s intervencionistas marcada por las dificultades en el sector exportador, por ejemplo, se reemplaz贸 el sistema de compraventa libre de los principales productos de exportaci贸n por entidades centralizadas de comercializaci贸n de la carne y de los l谩cteos, precursores del sistema que prevaleci贸 en la posguerra luego de la Segunda Guerra Mundial.
Estos cambios se profundizaron con la llegada al poder en 1935 de un gobierno laborista. Algunas de las pol铆ticas introducidas r谩pidamente por este gobierno contribuyeron a aliviar la dif铆cil situaci贸n de buena parte de la poblaci贸n y favorecieron la recuperaci贸n econ贸mica al impulsar la demanda interna: se trata en primer lugar del restablecimiento del nivel nominal de ingresos (salarios, pensiones), y de la ampliaci贸n y transformaci贸n del anterior “Fondo de Desempleo” en un “Fondo de Promoci贸n del Empleo” que mejor贸 el apoyo a los desempleados, de la instauraci贸n de la semana de 40 horas y de un objetivo expl铆cito de ingresos salariales justos.
El gobierno laborista utiliz贸 otros instrumentos convencionales para estimular la demanda, como un programa de trabajos p煤blicos, tambi茅n otras iniciativas como la creaci贸n de un programa p煤blico de vivienda (1936) y sobre todo la construcci贸n de un nuevo sistema de beneficios sociales (1938). La nacionalizaci贸n del Banco de Reserva, en 1936, permiti贸 transformar esta instituci贸n en una fuente de cr茅dito, que impuls贸, entre otras actividades, el programa p煤blico de vivienda.
En materia de oferta y comercializaci贸n de bienes, el gobierno introdujo un precio garantizado para los productos agropecuarios, y cre贸 en 1937 un Departamento de Ventas que monopoliz贸 las exportaciones de l谩cteos. A la vez, se busc贸 fomentar el desarrollo del sector manufacturero. Estas pol铆ticas lanzaron una fase de crecimiento excepcional de la econom铆a neozelandesa: entre 1935 y 1944, el ingreso real per c谩pita creci贸 a un ritmo anual promedio de 7%. Cuando Nueva Zelanda sufri贸 la crisis de balanza de pagos que fue enfrentada no con una devaluaci贸n de la moneda ni con medidas de restricci贸n de la demanda interna, sino con la introducci贸n de controles cambiarios y de licencias y controles cuantitativos de las importaciones, inici谩ndose as铆 una pol铆tica que seguir铆a por casi cinco d茅cadas.
La Segunda Guerra Mundial contribuy贸 claramente a fortalecer la industrializaci贸n sustitutiva en Nueva Zelanda, al expandir y diversificar el sector manufacturero debido a la escasez de bienes de consumo importados y a la participaci贸n del pa铆s en la producci贸n de materiales b茅licos, hacia la cual se estima se orientaba 40% del producto manufacturero.
Desde los 30, las autoridades hab铆an perdido confianza en la capacidad de la especializaci贸n primario exportadora para asegurar la prosperidad del pa铆s, y buscaban mantener y expandir la diversificaci贸n productiva lograda durante la guerra: por ello, decidieron que Nueva Zelanda proteger铆a su manufactura para garantizar el pleno empleo y desarrollar una econom铆a m谩s equilibrada, y siguieron utilizando controles y licencias a las importaciones para estimular la industrializaci贸n y un fuerte proteccionismo.
Al igual que Australia, Nueva Zelanda mantuvo hasta la d茅cada de 1970 un alto nivel de protecci贸n, que le vali贸 el apelativo de “Fortress New Zealand”: en 1970, los aranceles promedio eran de 23% en ambos pa铆ses, 42% de los bienes eran sometidos a restricciones cuantitativas en Nueva Zelanda.
Fuentes:
-Crecimiento econ贸mico y desarrollo financiero en Asia-Pac铆fico Vol. II de Genevi猫ve Marchini.
-Datos econ贸micos de la OCDE
Dos pilares son fundamentales para comprender el desarrollo de Nueva Zelanda entre el siglo XIX hasta por lo menos 1970.
El primero es la preferencia imperial al ser colonia del Reino Unido, un beneficio geopol铆tico muy importante.
El segundo es el llamado "Australian Settlement”, muy reconocido en Australia pero que Nueva Zelanda tambi茅n llev贸 a cabo. Se trataba de un acuerdo donde dominaba la discriminaci贸n racial (los sectores ind铆genas quedaban excluidos), el protagonismo del Estado colonial, la protecci贸n social y el arbitraje salarial.
El activismo estatal, se afirm贸 en la d茅cada de 1870, cuando el gobierno adquiri贸 un papel protag贸nico en la inversi贸n en infraestructura (carreteras, linea ferroviaria, tel茅grafo) se conformaron las primeras empresas p煤blicas, y se consolid贸 con las medidas adoptadas por el gobierno liberal elegido en 1891, que desarroll贸 una participaci贸n en la oferta de servicios a la vez que introduc铆a las primeras medidas de protecci贸n social.
Es decir combin贸 desde sus inicios hasta la d茅cada de 1930, un capitalismo cl谩sico competitivo en econom铆a abierta con una intensa intervenci贸n del estado colonial, en la que se vali贸 el nombre de “laboratorio social".
El “auge de Vogel” (ministro de finanzas), fortaleci贸 el patr贸n colonial de participaci贸n del Estado en el proceso de inversi贸n en colaboraci贸n con el sector privado: en el per铆odo 1871-1900, la inversi贸n p煤blica constituy贸 53% total. La tasa de crecimiento fue de 8%. Las innovaciones en materia de pol铆tica econ贸mica introducidas a partir de 1891 implicaron un primer fortalecimiento de la intervenci贸n p煤blica, que incluy贸 medidas de apoyo al lado de la oferta de bienes y servicios, as铆 como iniciativas sociales que fomentaron una demanda interna m谩s estable. En el sector primario, se tomaron medidas que favorecieron el desmembramiento de las grandes propiedades rurales en granjas individuales m谩s peque帽as y eficientes, abarataron el cr茅dito al peque帽o productor rural a trav茅s de la ley de cr茅dito a colonos (1894) y fomentaron mejoras t茅cnicas con la creaci贸n de un Departamento de Agricultura en 1892.
En materia industrial, el gobierno introdujo leyes que dotaron al pa铆s de una legislaci贸n social avanzada y estableci贸 a trav茅s de la Ley de Conciliaci贸n y Arbitraje Industrial un mecanismo centralizado de resoluci贸n de disputas y fijaci贸n de salarios que permiti贸 evitar las huelgas.
Una primera fase de expansi贸n del sector de empresas p煤blicas data tambi茅n de este per铆odo que abarca a fines del siglo XIX y principios del siglo XX: el gobierno asumi贸 el control del sistema de ferrocarriles (1893), la generaci贸n futura de energ铆a hidroel茅ctrica (1903), cre贸 doce nuevos departamentos de gobierno as铆 como muchos de los otros organismos que compusieron el sector comercial p煤blico.
La sociedad neozelandesa era socialmente m谩s avanzada, como el haber sido el primer pa铆s en conceder el derecho de voto a las mujeres (1893) y entre los primeros en introducir beneficios sociales que ya prefiguraban un futuro Estado de bienestar, como las pensiones para la vejez (1898), o de viudez (1911).
La econom铆a giraba alrededor de las granjas familiares que produc铆an lana, carnes y l谩cteos para la exportaci贸n, con ciertos desarrollos en el procesamiento industrial de estas producciones primarias y un sector que elaboraba bienes de consumo para el mercado dom茅stico, en complemento de los productos manufacturados que constitu铆an el grueso de las importaciones totales de bienes. Este sector crec铆a con apoyo de aranceles, introducidos con la finalidad de recaudar ingresos para el gobierno y apoyar actividades locales.
Con la primera guerra mundial y luego la Crisis de los a帽os 30 se profundizan algunas posturas econ贸micas y sociales: en primer lugar de la expansi贸n manufacturera, debido a la escasez de bienes importados, se dinamiz贸 el proceso de sustituci贸n de importaciones, un hecho observado en Australia y en otras econom铆as perif茅ricas. En 1931, en el momento en el cual el pa铆s fue alcanzado por la crisis, la estructura del empleo evidenciaba el cambio estructural de la econom铆a: las actividades agr铆colas segu铆an ocupando 30% del empleo total en 1931 al igual que en 1871, solo superadas por el sector comercial y de servicios (35% del empleo en 1931 contra 25% en 1871) la manufactura hab铆a aumentado su participaci贸n de menos de 5% a cerca de 12% del empleo total en el mismo lapso.
Otra cuesti贸n es que se inici贸 una nueva etapa de pol铆ticas p煤blicas m谩s intervencionistas marcada por las dificultades en el sector exportador, por ejemplo, se reemplaz贸 el sistema de compraventa libre de los principales productos de exportaci贸n por entidades centralizadas de comercializaci贸n de la carne y de los l谩cteos, precursores del sistema que prevaleci贸 en la posguerra luego de la Segunda Guerra Mundial.
Estos cambios se profundizaron con la llegada al poder en 1935 de un gobierno laborista. Algunas de las pol铆ticas introducidas r谩pidamente por este gobierno contribuyeron a aliviar la dif铆cil situaci贸n de buena parte de la poblaci贸n y favorecieron la recuperaci贸n econ贸mica al impulsar la demanda interna: se trata en primer lugar del restablecimiento del nivel nominal de ingresos (salarios, pensiones), y de la ampliaci贸n y transformaci贸n del anterior “Fondo de Desempleo” en un “Fondo de Promoci贸n del Empleo” que mejor贸 el apoyo a los desempleados, de la instauraci贸n de la semana de 40 horas y de un objetivo expl铆cito de ingresos salariales justos.
El gobierno laborista utiliz贸 otros instrumentos convencionales para estimular la demanda, como un programa de trabajos p煤blicos, tambi茅n otras iniciativas como la creaci贸n de un programa p煤blico de vivienda (1936) y sobre todo la construcci贸n de un nuevo sistema de beneficios sociales (1938). La nacionalizaci贸n del Banco de Reserva, en 1936, permiti贸 transformar esta instituci贸n en una fuente de cr茅dito, que impuls贸, entre otras actividades, el programa p煤blico de vivienda.
En materia de oferta y comercializaci贸n de bienes, el gobierno introdujo un precio garantizado para los productos agropecuarios, y cre贸 en 1937 un Departamento de Ventas que monopoliz贸 las exportaciones de l谩cteos. A la vez, se busc贸 fomentar el desarrollo del sector manufacturero. Estas pol铆ticas lanzaron una fase de crecimiento excepcional de la econom铆a neozelandesa: entre 1935 y 1944, el ingreso real per c谩pita creci贸 a un ritmo anual promedio de 7%. Cuando Nueva Zelanda sufri贸 la crisis de balanza de pagos que fue enfrentada no con una devaluaci贸n de la moneda ni con medidas de restricci贸n de la demanda interna, sino con la introducci贸n de controles cambiarios y de licencias y controles cuantitativos de las importaciones, inici谩ndose as铆 una pol铆tica que seguir铆a por casi cinco d茅cadas.
La Segunda Guerra Mundial contribuy贸 claramente a fortalecer la industrializaci贸n sustitutiva en Nueva Zelanda, al expandir y diversificar el sector manufacturero debido a la escasez de bienes de consumo importados y a la participaci贸n del pa铆s en la producci贸n de materiales b茅licos, hacia la cual se estima se orientaba 40% del producto manufacturero.
Desde los 30, las autoridades hab铆an perdido confianza en la capacidad de la especializaci贸n primario exportadora para asegurar la prosperidad del pa铆s, y buscaban mantener y expandir la diversificaci贸n productiva lograda durante la guerra: por ello, decidieron que Nueva Zelanda proteger铆a su manufactura para garantizar el pleno empleo y desarrollar una econom铆a m谩s equilibrada, y siguieron utilizando controles y licencias a las importaciones para estimular la industrializaci贸n y un fuerte proteccionismo.
Al igual que Australia, Nueva Zelanda mantuvo hasta la d茅cada de 1970 un alto nivel de protecci贸n, que le vali贸 el apelativo de “Fortress New Zealand”: en 1970, los aranceles promedio eran de 23% en ambos pa铆ses, 42% de los bienes eran sometidos a restricciones cuantitativas en Nueva Zelanda.
La industria logr贸 constituir un pilar importante, que contribuy贸 con 31,6% del PIB en la d茅cada de 1970. Adem谩s, el gobierno neozeland茅s adquiri贸 un gran protagonismo, sea a trav茅s de las empresas p煤blicas, que aportaban 11% del PIB en 1980 en el marco de una “econom铆a mixta”, sea mediante las numerosas regulaciones que reg铆an la vida econ贸mica.
El desempe帽o econ贸mico sigui贸 siendo bueno hasta 1974, pues el PBI real creci贸 a un ritmo anualizado de 4.2% en 1960-1974, con un desempleo pr谩cticamente nulo, una inflaci贸n inferior a 5% anual y un d茅ficit promedio de la cuenta corriente de 1.5%.
A pesar de todo Nueva Zelanda carec铆a de una estrategia de desarrollo consistente y la pol铆tica de gobierno era guiada por los imperativos de corto plazo de pleno empleo y alto consumo. Por eso se comenz贸 a discutir una mayor inserci贸n en el mercado mundial. En 1966 firma el primer tratado de libre comercio con Australia. Luego comenz贸 a diversificar a煤n m谩s sus exportaciones y sus destinos, adem谩s de Australia, export贸 a Estados Unidos y Jap贸n, que recib铆an respectivamente 8%, 15.3% y 9.7% de las exportaciones neozelandesas en 1970, pero Gran Breta帽a segu铆a siendo el primer socio comercial con 35% de las exportaciones totales en 1970.
Ya en la decadas de 1970 y 1980 Nueva Zelanda sufre la crisis que llevar铆a a las reformas liberales dispuestas a introducir al pa铆s en el nuevo mundo globalizado que se avecinaba.
Las reformas fueron de gran alcance, liberalizaron ampliamente la econom铆a y el comercio exterior, se redujo considerablemente la presencia del Estado y se busc贸 de manera costosa el ajuste y la estabilidad macroecon贸mica.
Aunque estas reformas sirvieron para adaptar a Nueva Zelanda al nuevo mundo, los aspectos sociales se deterioraron, comprendendieron un aumento del desempleo y un empeoramiento de la distribuci贸n de ingreso, cuyos impactos han sido desigualmente repartidos a lo largo del pa铆s, pues afectaron m谩s las 谩reas rurales y las ciudades peque帽as que las grandes ciudades. La contracci贸n de los sectores de bienes comerciables, aunada a la reestructuraci贸n y a la posterior privatizaci贸n de las empresas p煤blicas con el consecuente abandono de los objetivos sociales que 茅stas persegu铆an antes de las reformas y al estallido de la burbuja especulativa en 1987 elevaron la tasa de desempleo de menos de 4% en 1984-1987 a m谩s de 10% en 1991-1992.
Adem谩s, la brecha entre pobres y ricos se ampli贸, pues mientras la capacidad de compra de los deciles bajos y medios se contra铆a en 5-7%, los deciles m谩s ricos, en especial el de m谩s altos ingresos, su capacidad de compra se expandi贸 de 32% entre 1984 y 1998.
Por eso desde 1999, con la llegada al poder de un nuevo gobierno laborista, se da una reorientaci贸n parcial de las pol铆ticas p煤blicas, un alejamiento parcial de liberalizaci贸n en materia econ贸mica y el “retorno” del Estado a cierto papel en la conducci贸n del desarrollo econ贸mico.
En el a帽o 2000 se dio un alza de las tasas de imposici贸n sobre los ingresos m谩s altos de 33 a 39% y se fren贸 el proceso de privatizaci贸n de empresas p煤blicas. El gobierno cre贸 en 2000 un fondo soberano destinado a fondear el d茅ficit del sistema p煤blico de pensiones, New Zealand Superannuation Fund (NZSF). En 2000 tambi茅n, la pol铆tica laboral regres贸 a un esquema m谩s colectivo de negociaciones salariales al reemplazarse la ley laboral de 1991 por una Ley de Relaciones de Empleo.
Los cambios tal vez m谩s significativos se han dado en la adopci贸n de parte del Estado de un papel m谩s activo en la econom铆a. Dos aspectos de este nuevo papel: en primer lugar, la mayor disposici贸n a intervenir en los sectores poco competitivos como la electricidad o las telecomunicaciones a trav茅s de la regulaci贸n de los precios, y en segundo lugar la mayor voluntad de involucrarse en la planeaci贸n industrial y regional en contraste con el enfoque de los gobiernos anteriores desde 1984.
Este nuevo papel del Estado se ha traducido en la elaboraci贸n de una estrategia orientada al crecimiento y a la innovaci贸n que se ha enfocado en la promoci贸n de sectores productivos espec铆ficos en los cuales el pa铆s muestra ventajas competitivas: alimentaci贸n y bebidas, biotecnolog铆as, procesamiento de la madera, manufacturas especializadas, tecnolog铆as de la informaci贸n y comunicaci贸n e industrias creativas
Las reformas no han modificado elementos centrales del modelo como el compromiso con la baja inflaci贸n, el equilibrio de medio plazo, la transparencia fiscal y el uso del mercado para la asignaci贸n de recursos, pero han introducido un papel renovado del Estado en materia de lucha contra el poder de mercado excesivo y sobre todo en la orientaci贸n estrat茅gica del desarrollo econ贸mico.
Para finalizar, algunos datos actuales:
Presi贸n fiscal del 32% del PBI (2017)
Un gasto p煤blico del 36% del PBI (2017)
Un gasto en educaci贸n del 7% del PBI (2017)
Un gasto en salud del 7% del PBI (2017)
El sistema educativo de Nueva Zelanda es p煤blico y gratuito, todas sus universidades son p煤blicas. El sistema de salud es mixto, combina un sistema p煤blico con uno privado. Los dos de buena calidad.
Adem谩s, Nueva Zelanda cuenta con una seguridad social muy importante, un sistema jubilatorio mixto y universal, y una linea de viviendas estatales muy reconocidas.
El desempe帽o econ贸mico sigui贸 siendo bueno hasta 1974, pues el PBI real creci贸 a un ritmo anualizado de 4.2% en 1960-1974, con un desempleo pr谩cticamente nulo, una inflaci贸n inferior a 5% anual y un d茅ficit promedio de la cuenta corriente de 1.5%.
A pesar de todo Nueva Zelanda carec铆a de una estrategia de desarrollo consistente y la pol铆tica de gobierno era guiada por los imperativos de corto plazo de pleno empleo y alto consumo. Por eso se comenz贸 a discutir una mayor inserci贸n en el mercado mundial. En 1966 firma el primer tratado de libre comercio con Australia. Luego comenz贸 a diversificar a煤n m谩s sus exportaciones y sus destinos, adem谩s de Australia, export贸 a Estados Unidos y Jap贸n, que recib铆an respectivamente 8%, 15.3% y 9.7% de las exportaciones neozelandesas en 1970, pero Gran Breta帽a segu铆a siendo el primer socio comercial con 35% de las exportaciones totales en 1970.
Ya en la decadas de 1970 y 1980 Nueva Zelanda sufre la crisis que llevar铆a a las reformas liberales dispuestas a introducir al pa铆s en el nuevo mundo globalizado que se avecinaba.
Las reformas fueron de gran alcance, liberalizaron ampliamente la econom铆a y el comercio exterior, se redujo considerablemente la presencia del Estado y se busc贸 de manera costosa el ajuste y la estabilidad macroecon贸mica.
Aunque estas reformas sirvieron para adaptar a Nueva Zelanda al nuevo mundo, los aspectos sociales se deterioraron, comprendendieron un aumento del desempleo y un empeoramiento de la distribuci贸n de ingreso, cuyos impactos han sido desigualmente repartidos a lo largo del pa铆s, pues afectaron m谩s las 谩reas rurales y las ciudades peque帽as que las grandes ciudades. La contracci贸n de los sectores de bienes comerciables, aunada a la reestructuraci贸n y a la posterior privatizaci贸n de las empresas p煤blicas con el consecuente abandono de los objetivos sociales que 茅stas persegu铆an antes de las reformas y al estallido de la burbuja especulativa en 1987 elevaron la tasa de desempleo de menos de 4% en 1984-1987 a m谩s de 10% en 1991-1992.
Adem谩s, la brecha entre pobres y ricos se ampli贸, pues mientras la capacidad de compra de los deciles bajos y medios se contra铆a en 5-7%, los deciles m谩s ricos, en especial el de m谩s altos ingresos, su capacidad de compra se expandi贸 de 32% entre 1984 y 1998.
Por eso desde 1999, con la llegada al poder de un nuevo gobierno laborista, se da una reorientaci贸n parcial de las pol铆ticas p煤blicas, un alejamiento parcial de liberalizaci贸n en materia econ贸mica y el “retorno” del Estado a cierto papel en la conducci贸n del desarrollo econ贸mico.
En el a帽o 2000 se dio un alza de las tasas de imposici贸n sobre los ingresos m谩s altos de 33 a 39% y se fren贸 el proceso de privatizaci贸n de empresas p煤blicas. El gobierno cre贸 en 2000 un fondo soberano destinado a fondear el d茅ficit del sistema p煤blico de pensiones, New Zealand Superannuation Fund (NZSF). En 2000 tambi茅n, la pol铆tica laboral regres贸 a un esquema m谩s colectivo de negociaciones salariales al reemplazarse la ley laboral de 1991 por una Ley de Relaciones de Empleo.
Los cambios tal vez m谩s significativos se han dado en la adopci贸n de parte del Estado de un papel m谩s activo en la econom铆a. Dos aspectos de este nuevo papel: en primer lugar, la mayor disposici贸n a intervenir en los sectores poco competitivos como la electricidad o las telecomunicaciones a trav茅s de la regulaci贸n de los precios, y en segundo lugar la mayor voluntad de involucrarse en la planeaci贸n industrial y regional en contraste con el enfoque de los gobiernos anteriores desde 1984.
Este nuevo papel del Estado se ha traducido en la elaboraci贸n de una estrategia orientada al crecimiento y a la innovaci贸n que se ha enfocado en la promoci贸n de sectores productivos espec铆ficos en los cuales el pa铆s muestra ventajas competitivas: alimentaci贸n y bebidas, biotecnolog铆as, procesamiento de la madera, manufacturas especializadas, tecnolog铆as de la informaci贸n y comunicaci贸n e industrias creativas
Las reformas no han modificado elementos centrales del modelo como el compromiso con la baja inflaci贸n, el equilibrio de medio plazo, la transparencia fiscal y el uso del mercado para la asignaci贸n de recursos, pero han introducido un papel renovado del Estado en materia de lucha contra el poder de mercado excesivo y sobre todo en la orientaci贸n estrat茅gica del desarrollo econ贸mico.
Para finalizar, algunos datos actuales:
Presi贸n fiscal del 32% del PBI (2017)
Un gasto p煤blico del 36% del PBI (2017)
Un gasto en educaci贸n del 7% del PBI (2017)
Un gasto en salud del 7% del PBI (2017)
El sistema educativo de Nueva Zelanda es p煤blico y gratuito, todas sus universidades son p煤blicas. El sistema de salud es mixto, combina un sistema p煤blico con uno privado. Los dos de buena calidad.
Adem谩s, Nueva Zelanda cuenta con una seguridad social muy importante, un sistema jubilatorio mixto y universal, y una linea de viviendas estatales muy reconocidas.
Fuentes:
-Crecimiento econ贸mico y desarrollo financiero en Asia-Pac铆fico Vol. II de Genevi猫ve Marchini.
-Datos econ贸micos de la OCDE
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