El Estado Soviético impulsó la industrialización acelerada direccionando las fuerzas productivas como un ariete contra la idea del desarrollo espontáneo y gradual, se crea así un hito en la historia económica del mundo. El modelo de planificación central elevó la riqueza material de un país que hasta 1917 ostentaba un patente atraso con relación al resto de economías europeas, mientras que en 1950 constituía la segunda economía más grande del mundo después de Estados Unidos, medida por su PBI real.
Situación previa a la Revolución Rusa
El Imperio Ruso previo a la Revolución de 1917 era mayoritariamente agrícola y poco mecanizado. Su economía contaba con diversas formas de producción propias del feudalismo, del capitalismo y del capitalismo de Estado, lo que evidencia un fuerte dualismo económico. En 1913 la agricultura empleaba al menos el 70 % de la fuerza laboral y explicaba más del 50 % del ingreso nacional.
El incipiente y moderado desarrollo industrial del país había sido financiado por capital extranjero. Era evidente el carácter extranjero de las fábricas y antes de 1914, la mitad del capital invertido en la cuenca de carbón de Donetz era de origen extranjero, junto a más del 80 % del capital invertido en las minas de hierro, las industrias de la metalurgia y del petróleo. El país mantenía relaciones comerciales de centro-periferia: exportaba materias primas y bienes alimenticios e importaba bienes manufacturados.
Situación posterior a la Revolución (1917- 1928)
Al triunfar la revolución, las autoridades económicas soviéticas se propusieron la Construcción del socialismo. Entre los años 1917 y 1918, la industria y las finanzas de gran escala fueron estatizadas. En 1921 eran sectores nacionalizados la banca, el comercio exterior, la industria, el comercio interior y el transporte. Toda la tierra fue asimismo nacionalizada.
Esta etapa va a estar caracterizada por el carácter autárquico de la economía y la imposibilidad de acceder al ahorro internacional privado. En consecuencia, el país debía desarrollar sus fuerzas productivas con recursos propios.
Los soviéticos tuvieron que hacerle frente a una difícil situación de guerra civil y combatir la contrarrevolución armada. La guerra dejó la situación económica en muy mal estado, caída del PBI y una destrucción masiva del aparato productivo.
Las autoridades soviéticas respondieron por medio de la Nueva Política Económica (NPE ), la cual permitía al campesinado la apropiación del excedente después del pago de los impuestos en especie, en tal virtud se incentivaron los aumentos de la productividad agrícola.
El PBI per cápita para el periodo 1917-1921 tuvo una fuerte caída, cuyo mínimo fue de -38 ,8 %; esto se explica por la guerra civil, y en 1922 registró una radical recuperación con un crecimiento del 16,1 %. En 1922 las condiciones mejoraron, la industria del algodón obtuvo abastecimiento adecuado de combustible y el sector textil se recuperó.La reconstrucción de la URSS después de la guerra civil se dio con recursos propios, dada la hostilidad de las naciones capitalistas. En este periodo los soviéticos aprendieron a sustituir los bienes que tradicionalmente habían importado.
Posiblemente el primer plan leninista de electrificación explique tal recuperación económica. Una de las primeras tareas propuestas y llevadas a cabo por los bolcheviques fue la electrificación de todo el país como condición esencial para el desarrollo industrial.
Se elaboró un primer plan que consistía en la electrificación del país empleando centrales eléctricas y termoeléctricas y la asimilación de las técnicas avanzadas de producción extranjeras. El gobierno de Lenin destinaba divisas a las compañías norteamericanas, alemanas, y a técnicos extranjeros para adquisiciones tecnológicas, exigiendo la participación de personal soviético en los procesos, lo que muestra el interés en adquirir conocimiento tecnológico.
Entre 1926 y 1927 se hicieron ingentes inversiones en la industria. Para estos años la inversión neta fue al menos 20 % mayor que en 1913 y la capacidad industrial creció más de 13 % por año.
Los primeros dos planes quinquenales. (1928-1937)
Dos visiones del desarrollo que se categorizaron en las alas derecha e izquierda. La primera quería mantener la NPE, que permitía la existencia de la pequeña propiedad privada y mantenía estatizada la industria, lo que suponía un cambio estructural de la matriz productiva gradual. La segunda, el ala izquierda, proponía el parasitismo monopolista de la industria sobre la agricultura, lo que implicaba la desaparición de la propiedad privada en el campo y un desarrollo industrial acelerado. El ala izquierda del partido se impuso.
Para industrializar el país a tasas aceleradas, las autoridades diseñaron planes de cinco años, y en 1929 empezó a ser implementado el primer plan quinquenal, a partir del cual, como se verá más adelante, se registró un importante crecimiento de la renta per cápita que se sostiene hasta 1989.
En el primer plan imperaba la necesidad de la construcción de industrias básicas de combustible, de metales, de hierro y acero. Pero también requería de insumos agrícolas y de la alimentación de una población creciente empleada en el sector de expansión.
La industrialización sería impulsada por el Estado Soviético, y ya en 1932 al Estado le pertenecía casi la totalidad de la capacidad industrial y más de tres cuartos del área cultivada incluyendo las cooperativas agrícolas. Ya en 1936 prácticamente el 90 % del campesinado laboraba en granjas colectivas.
También en este primer plan quinquenal se planificaron ingentes proyectos productivos y obras de infraestructura como el dique hidroeléctrico en el rio Dnieper, la fábrica de tractores en Stalingrado y el Magnitostroi, una siderurgia sobre un formidable yacimiento de hierro en los Urales, que, junto a la factoría de Kutznetsk, constituyó el eslabón fundamental de la metalurgia al oriente del país.
Entre 1929-1933 la renta nacional real casi se duplicó ya que en dicho plan se puso gran énfasis en la industria pesada para la expansión de la escasa base industrial. El incremento del producto soviético en ese mismo periodo oscilan entre 50 % a un 98 % y, en cuanto a incremento de la renta real per cápita, los datos estimados oscilan entre un 35 % y un 80 %.
La disposición de las autoridades y del pueblo por transformar la matriz productiva del país, se enfrentó a una difícil realidad de atraso, el tejido industria se propagó por zonas donde nunca había llegado, extendiéndose a los territorios del oriente como Kazajstán, Kirguizia, Uzbekistán, Turkmenistán y los Urales.
La industrialización se enfrentó a problemas estructurales dada su baja dotación técnico-científica y su mano de obra mayoritariamente campesina e inexperta para el trabajo industrial pero pudo imponerse y transformarse en una industria con gran potencial. El progreso industrial fue impresionante, jalonado por la producción de maquinaria, que casi se multiplicó por cuatro. Los soviéticos pusieron gran empeño en la construcción de siderurgias y fábricas metalúrgicas para incrementar la fundición de metal, se crearon nuevas ramas en la metalurgia; la industria pesada sería la encargada de abastecer la totalidad de las ramas industriales. Al final del periodo 1933-1937, la URSS presentaba total autonomía económica.
Además, se construyeron fábricas de fusiles de modelos propios y se diseñaron y manufacturaron nuevas armas desde ametralladoras, cañones, artillería antiaérea, carros, aviones y hasta instalaciones lanzacohetes.
La revolución debía aumentar el nivel de vida de las masas y para lograrlo era necesario incrementar la productividad del trabajo y con ella la producción de bienes de consumo per cápita. El crédito no era posible obtenerlo en la cantidad que necesitaba el proceso industrial y los soviéticos se vieron forzados a echar mano de las exportaciones de grano para obtener las divisas para importar capital y aumentar la productividad del trabajo en las nuevas fábricas. Por esto, los soviéticos necesitaban incrementar el excedente de granos para la exportación. Lo que se pretendía era un crecimiento acelerado de la producción industrial, para tal propósito, era necesario el aumento del consumo alimenticio de los obreros de las ciudades.
La agricultura no tuvo un desempeño tan bueno como el industrial con respecto a las metas del primer plan quinquenal, posiblemente, debido a que las autoridades socialistas no tuvieron el control absoluto de la producción agrícola a causa de los conflictos con los grandes terratenientes. Stalin se dispuso a colectivizar todo el agro del país a través de cooperativas campesinas, pero encontró la resistencia de un campesinado relativamente rico, quienes preferían matar al ganado antes de entregarlo a las cooperativas koljoz. La matanza del ganado para los años 1928 y 1933, se cifra en millones de cabezas de ganado vacuno, porcino, ovino, caprino se afirma que los kulaks (terratenientes) también averiaban y destruían maquinaria y equipo agrícola. Stalin tuvo que “aflojar las tuercas que oprimían a los campesinos para salvar, cuando menos, las semillas. El problema agropecuario continuó en el gobierno posterior al de Stalin y afectó a la industrialización que dependía del agro.
Segunda Guerra Mundial: La Gran Guerra Patria (1941-1945)
La amenaza capitalista que de una u otra forma se vaticinó desde los primeros años de la revolución bolchevique, vino en forma de un gigantesco coloso fascista que pisó tierra soviética en 1941. Millones de soldados alemanes, miles de tanques, aviones y piezas de artillería se movilizaron con el objetivo de derrotar a la URSS en pocos meses.
Gracias al empeño de los soviéticos por levantar grandes centros industriales y obras públicas sin precedentes en el país, pudieron contar con los recursos materiales necesarios para cristalizar el esfuerzo de guerra llevado a cabo ante la agresión.
Durante esta etapa, se debió relegar la inversión en la industria liviana y priorizar la industria pesada y las factorías de armamento. En el campo militar, se observan estadísticas contundentes respecto a los avances del país.
A pesar de la aparente inferioridad económica de la URSS, la gran capacidad industrial del país para la fabricación de un amplio arsenal, da muestras de su poderoso aparato económico de guerra.
Millones de horas de trabajo y años de acumulación fueron destruidos por la guerra. Se detuvo la senda de crecimiento industrial por la que marchaba la URSS en tiempos de paz. La guerra aniquiló a 22.070.000 habitantes aproximadamente y la economía para 1941 registró una caída del -20,6 %.
A pesar de los costos humanos y materiales de la guerra, el país recuperó su vertiginosa senda teniendo un crecimiento anual promedio entre 1946 y 1960 de 9,7 %.
Conclusiones del desarrollo industrial de la URSS
La Unión Soviética se convirtió en una gran potencia militar y, tomando como medida el PBI real, en la segunda economía del mundo después de los Estados Unidos. Se podría pensar entonces que se trata del primer caso de industrialización tardía, antes incluso que la de los países del Este asiático. La participación industrial en el PBI pasó de 16,8 % a 54 % en el periodo 1913-1980. No obstante, su PBI per cápita estuvo muy por debajo del promedio de los países de Europa Occidental y de Estados Unidos, si bien superó con creces a los países en vías de desarrollo.
La Unión Soviética tuvo grandes tasas de crecimiento gracias a la importación e incorporación de maquinaria y equipo de alta tecnología y a la posterior manufactura de dichos bienes de capital con su propia capacidad. El sector industrial es el principal medio de investigación, generación y difusión tecnológica y, por tanto, motor del crecimiento económico y de la autonomía técnica. De manera que los países cuya participación de la industria en el PBI es mayor, crecen a tasas más aceleradas, como en el caso de la URSS.
Los soviéticos transitaron por un proceso de aprendizaje que los llevó a la sustitución de muchas de sus importaciones, aprendieron a manufacturar los bienes producidos por países que, en su momento, los superaban tecnológicamente. La URSS priorizó sectores estratégicos en su determinación por lograr su industrialización y mantuvo una dirección clara hacia la producción de bienes de capital en lugar de agotar la fase de producción de bienes de consumo.
Se destaca la importancia de la ingeniería en el desarrollo tecnológico, que no es fruto exclusivo de la investigación científica. Por tanto, el empeño de los soviéticos en desarrollar la industria en general y la industria pesada productora de bienes de capital, en particular, produjo procesos de aprendizaje y de autonomía tecnológica que impulsaron el crecimiento económico del país.
También es preciso señalar que la aceleración del crecimiento económico en la URSS se dio en gran parte a su disposición de mano de obra ilimitada y localizada en el campo, cuyo movimiento hacia las factorías alimentarían el crecimiento económico. También la industria se constituye en una poderosa fuente de productividad sistémica al generar mayores enlaces, el caso de la URSS ilustra muy bien los efectos del cambio tecnológico en los encadenamientos productivos, por ejemplo: la siderurgia soviética fundió los primeros miles de toneladas de acero de calidad y produjo, a base de este, miles de toneladas de laminados para fabricar transformadores, motores y automóviles. La URSS demostró que es posible que una economía basada en su sector público desarrolle las fuerzas productivas y obtenga altas tasas de crecimiento económico durante un tiempo prolongado, algo que no ocurrió en el zarismo. El desarrollo económico soviético y su acelerado crecimiento material se debieron a cambios políticos y a las decisiones de política económica y no a su gran extensión territorial y dotación de recursos naturales.
En 40 años la URSS pudo pasar de un modelo agrario y arcaico con un mínimo desarrollo industrial, a ser una potencia económica con una industria competitiva y con alto valor tecnológico que tenía la capacidad de enviar satélites al espacio y construir armas nucleares.
Fuente:
Medardo Alfonso Palomino Arias, “INDUSTRIA FABRIL Y CRECIMIENTO ECONÓMICO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA: UNA MIRADA DESDE LA HISTORIA ECONÓMICA”.
Situación previa a la Revolución Rusa
El Imperio Ruso previo a la Revolución de 1917 era mayoritariamente agrícola y poco mecanizado. Su economía contaba con diversas formas de producción propias del feudalismo, del capitalismo y del capitalismo de Estado, lo que evidencia un fuerte dualismo económico. En 1913 la agricultura empleaba al menos el 70 % de la fuerza laboral y explicaba más del 50 % del ingreso nacional.
El incipiente y moderado desarrollo industrial del país había sido financiado por capital extranjero. Era evidente el carácter extranjero de las fábricas y antes de 1914, la mitad del capital invertido en la cuenca de carbón de Donetz era de origen extranjero, junto a más del 80 % del capital invertido en las minas de hierro, las industrias de la metalurgia y del petróleo. El país mantenía relaciones comerciales de centro-periferia: exportaba materias primas y bienes alimenticios e importaba bienes manufacturados.
Situación posterior a la Revolución (1917- 1928)
Al triunfar la revolución, las autoridades económicas soviéticas se propusieron la Construcción del socialismo. Entre los años 1917 y 1918, la industria y las finanzas de gran escala fueron estatizadas. En 1921 eran sectores nacionalizados la banca, el comercio exterior, la industria, el comercio interior y el transporte. Toda la tierra fue asimismo nacionalizada.
Esta etapa va a estar caracterizada por el carácter autárquico de la economía y la imposibilidad de acceder al ahorro internacional privado. En consecuencia, el país debía desarrollar sus fuerzas productivas con recursos propios.
Los soviéticos tuvieron que hacerle frente a una difícil situación de guerra civil y combatir la contrarrevolución armada. La guerra dejó la situación económica en muy mal estado, caída del PBI y una destrucción masiva del aparato productivo.
Las autoridades soviéticas respondieron por medio de la Nueva Política Económica (NPE ), la cual permitía al campesinado la apropiación del excedente después del pago de los impuestos en especie, en tal virtud se incentivaron los aumentos de la productividad agrícola.
El PBI per cápita para el periodo 1917-1921 tuvo una fuerte caída, cuyo mínimo fue de -38 ,8 %; esto se explica por la guerra civil, y en 1922 registró una radical recuperación con un crecimiento del 16,1 %. En 1922 las condiciones mejoraron, la industria del algodón obtuvo abastecimiento adecuado de combustible y el sector textil se recuperó.La reconstrucción de la URSS después de la guerra civil se dio con recursos propios, dada la hostilidad de las naciones capitalistas. En este periodo los soviéticos aprendieron a sustituir los bienes que tradicionalmente habían importado.
Posiblemente el primer plan leninista de electrificación explique tal recuperación económica. Una de las primeras tareas propuestas y llevadas a cabo por los bolcheviques fue la electrificación de todo el país como condición esencial para el desarrollo industrial.
Se elaboró un primer plan que consistía en la electrificación del país empleando centrales eléctricas y termoeléctricas y la asimilación de las técnicas avanzadas de producción extranjeras. El gobierno de Lenin destinaba divisas a las compañías norteamericanas, alemanas, y a técnicos extranjeros para adquisiciones tecnológicas, exigiendo la participación de personal soviético en los procesos, lo que muestra el interés en adquirir conocimiento tecnológico.
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Estación Hidroeléctrica de Dniéper |
Entre 1926 y 1927 se hicieron ingentes inversiones en la industria. Para estos años la inversión neta fue al menos 20 % mayor que en 1913 y la capacidad industrial creció más de 13 % por año.
Los primeros dos planes quinquenales. (1928-1937)
Dos visiones del desarrollo que se categorizaron en las alas derecha e izquierda. La primera quería mantener la NPE, que permitía la existencia de la pequeña propiedad privada y mantenía estatizada la industria, lo que suponía un cambio estructural de la matriz productiva gradual. La segunda, el ala izquierda, proponía el parasitismo monopolista de la industria sobre la agricultura, lo que implicaba la desaparición de la propiedad privada en el campo y un desarrollo industrial acelerado. El ala izquierda del partido se impuso.
Para industrializar el país a tasas aceleradas, las autoridades diseñaron planes de cinco años, y en 1929 empezó a ser implementado el primer plan quinquenal, a partir del cual, como se verá más adelante, se registró un importante crecimiento de la renta per cápita que se sostiene hasta 1989.
En el primer plan imperaba la necesidad de la construcción de industrias básicas de combustible, de metales, de hierro y acero. Pero también requería de insumos agrícolas y de la alimentación de una población creciente empleada en el sector de expansión.
La industrialización sería impulsada por el Estado Soviético, y ya en 1932 al Estado le pertenecía casi la totalidad de la capacidad industrial y más de tres cuartos del área cultivada incluyendo las cooperativas agrícolas. Ya en 1936 prácticamente el 90 % del campesinado laboraba en granjas colectivas.
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Fabrica de Tractores de Cheliábinsk |
También en este primer plan quinquenal se planificaron ingentes proyectos productivos y obras de infraestructura como el dique hidroeléctrico en el rio Dnieper, la fábrica de tractores en Stalingrado y el Magnitostroi, una siderurgia sobre un formidable yacimiento de hierro en los Urales, que, junto a la factoría de Kutznetsk, constituyó el eslabón fundamental de la metalurgia al oriente del país.
Entre 1929-1933 la renta nacional real casi se duplicó ya que en dicho plan se puso gran énfasis en la industria pesada para la expansión de la escasa base industrial. El incremento del producto soviético en ese mismo periodo oscilan entre 50 % a un 98 % y, en cuanto a incremento de la renta real per cápita, los datos estimados oscilan entre un 35 % y un 80 %.
La disposición de las autoridades y del pueblo por transformar la matriz productiva del país, se enfrentó a una difícil realidad de atraso, el tejido industria se propagó por zonas donde nunca había llegado, extendiéndose a los territorios del oriente como Kazajstán, Kirguizia, Uzbekistán, Turkmenistán y los Urales.
La industrialización se enfrentó a problemas estructurales dada su baja dotación técnico-científica y su mano de obra mayoritariamente campesina e inexperta para el trabajo industrial pero pudo imponerse y transformarse en una industria con gran potencial. El progreso industrial fue impresionante, jalonado por la producción de maquinaria, que casi se multiplicó por cuatro. Los soviéticos pusieron gran empeño en la construcción de siderurgias y fábricas metalúrgicas para incrementar la fundición de metal, se crearon nuevas ramas en la metalurgia; la industria pesada sería la encargada de abastecer la totalidad de las ramas industriales. Al final del periodo 1933-1937, la URSS presentaba total autonomía económica.
Además, se construyeron fábricas de fusiles de modelos propios y se diseñaron y manufacturaron nuevas armas desde ametralladoras, cañones, artillería antiaérea, carros, aviones y hasta instalaciones lanzacohetes.
La revolución debía aumentar el nivel de vida de las masas y para lograrlo era necesario incrementar la productividad del trabajo y con ella la producción de bienes de consumo per cápita. El crédito no era posible obtenerlo en la cantidad que necesitaba el proceso industrial y los soviéticos se vieron forzados a echar mano de las exportaciones de grano para obtener las divisas para importar capital y aumentar la productividad del trabajo en las nuevas fábricas. Por esto, los soviéticos necesitaban incrementar el excedente de granos para la exportación. Lo que se pretendía era un crecimiento acelerado de la producción industrial, para tal propósito, era necesario el aumento del consumo alimenticio de los obreros de las ciudades.
La agricultura no tuvo un desempeño tan bueno como el industrial con respecto a las metas del primer plan quinquenal, posiblemente, debido a que las autoridades socialistas no tuvieron el control absoluto de la producción agrícola a causa de los conflictos con los grandes terratenientes. Stalin se dispuso a colectivizar todo el agro del país a través de cooperativas campesinas, pero encontró la resistencia de un campesinado relativamente rico, quienes preferían matar al ganado antes de entregarlo a las cooperativas koljoz. La matanza del ganado para los años 1928 y 1933, se cifra en millones de cabezas de ganado vacuno, porcino, ovino, caprino se afirma que los kulaks (terratenientes) también averiaban y destruían maquinaria y equipo agrícola. Stalin tuvo que “aflojar las tuercas que oprimían a los campesinos para salvar, cuando menos, las semillas. El problema agropecuario continuó en el gobierno posterior al de Stalin y afectó a la industrialización que dependía del agro.
Segunda Guerra Mundial: La Gran Guerra Patria (1941-1945)
La amenaza capitalista que de una u otra forma se vaticinó desde los primeros años de la revolución bolchevique, vino en forma de un gigantesco coloso fascista que pisó tierra soviética en 1941. Millones de soldados alemanes, miles de tanques, aviones y piezas de artillería se movilizaron con el objetivo de derrotar a la URSS en pocos meses.
Gracias al empeño de los soviéticos por levantar grandes centros industriales y obras públicas sin precedentes en el país, pudieron contar con los recursos materiales necesarios para cristalizar el esfuerzo de guerra llevado a cabo ante la agresión.
Durante esta etapa, se debió relegar la inversión en la industria liviana y priorizar la industria pesada y las factorías de armamento. En el campo militar, se observan estadísticas contundentes respecto a los avances del país.
A pesar de la aparente inferioridad económica de la URSS, la gran capacidad industrial del país para la fabricación de un amplio arsenal, da muestras de su poderoso aparato económico de guerra.
A pesar de los costos humanos y materiales de la guerra, el país recuperó su vertiginosa senda teniendo un crecimiento anual promedio entre 1946 y 1960 de 9,7 %.
Conclusiones del desarrollo industrial de la URSS
La Unión Soviética se convirtió en una gran potencia militar y, tomando como medida el PBI real, en la segunda economía del mundo después de los Estados Unidos. Se podría pensar entonces que se trata del primer caso de industrialización tardía, antes incluso que la de los países del Este asiático. La participación industrial en el PBI pasó de 16,8 % a 54 % en el periodo 1913-1980. No obstante, su PBI per cápita estuvo muy por debajo del promedio de los países de Europa Occidental y de Estados Unidos, si bien superó con creces a los países en vías de desarrollo.
Los soviéticos transitaron por un proceso de aprendizaje que los llevó a la sustitución de muchas de sus importaciones, aprendieron a manufacturar los bienes producidos por países que, en su momento, los superaban tecnológicamente. La URSS priorizó sectores estratégicos en su determinación por lograr su industrialización y mantuvo una dirección clara hacia la producción de bienes de capital en lugar de agotar la fase de producción de bienes de consumo.
Se destaca la importancia de la ingeniería en el desarrollo tecnológico, que no es fruto exclusivo de la investigación científica. Por tanto, el empeño de los soviéticos en desarrollar la industria en general y la industria pesada productora de bienes de capital, en particular, produjo procesos de aprendizaje y de autonomía tecnológica que impulsaron el crecimiento económico del país.
También es preciso señalar que la aceleración del crecimiento económico en la URSS se dio en gran parte a su disposición de mano de obra ilimitada y localizada en el campo, cuyo movimiento hacia las factorías alimentarían el crecimiento económico. También la industria se constituye en una poderosa fuente de productividad sistémica al generar mayores enlaces, el caso de la URSS ilustra muy bien los efectos del cambio tecnológico en los encadenamientos productivos, por ejemplo: la siderurgia soviética fundió los primeros miles de toneladas de acero de calidad y produjo, a base de este, miles de toneladas de laminados para fabricar transformadores, motores y automóviles. La URSS demostró que es posible que una economía basada en su sector público desarrolle las fuerzas productivas y obtenga altas tasas de crecimiento económico durante un tiempo prolongado, algo que no ocurrió en el zarismo. El desarrollo económico soviético y su acelerado crecimiento material se debieron a cambios políticos y a las decisiones de política económica y no a su gran extensión territorial y dotación de recursos naturales.
En 40 años la URSS pudo pasar de un modelo agrario y arcaico con un mínimo desarrollo industrial, a ser una potencia económica con una industria competitiva y con alto valor tecnológico que tenía la capacidad de enviar satélites al espacio y construir armas nucleares.
Fuente:
Medardo Alfonso Palomino Arias, “INDUSTRIA FABRIL Y CRECIMIENTO ECONÓMICO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA: UNA MIRADA DESDE LA HISTORIA ECONÓMICA”.
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