Rappi, Glovo, PedidosYa: La esclavitud del siglo XXI


En el presente artículo realizaremos un análisis de los servicios de plataforma dedicadas al transporte de productos alimenticios, y de cuál es la situación que viven los trabajadores de dichas aplicaciones móviles.  
El procedimiento es sencillo: El cliente pide la comida deseada a través de la aplicación y paga con tarjeta de crédito o en efectivo. La aplicación le envía el pedido al rider. El delivery va hasta el comercio, compra la carga y la lleva a la casa del consumidor, quien paga el precio del producto más la propina. El pago es directamente para Rappi. La app le paga a su vez al restaurante en un plazo de 15 días, quedándose obviamente con un porcentaje del valor del producto. A los locales de comida, la plataforma les ayuda a conseguir más clientes, aunque ganen menos, ya que un 20 por ciento se lo queda la aplicación. Además, deslinda a los locales de comida de hacerse cargo del personal de delivery.
Cuando el cliente paga en efectivo, el rappidentero o glover  tiene que ir a un Pago Fácil, y depositarle el dinero a la compañía. De lo contrario, se le descontará de las ganancias. Si el monto de la deuda llega hasta los 2 mil pesos, el usuario es bloqueado.  
Las empresas no se hacen responsables por lo que les pase en la calle a los conductores de motos o bicicletas que llevan los pedidos, adjudicando sobre ellos las consecuencias económicas y legales de una potencial pérdida de las cargas. Esto es perjudicial también para el usuario, ya que por lo general los trabajadores no cuentan con la solvencia para hacerse cargo de la pérdida o deterioro de la carga.
Otra característica de estas plataformas es que los mismos trabajadores deben comprar su equipamiento. Las compañías les venden a sus propios cadetes las mochilas o bolsos en los que llevan los pedidos.


Los trabajadores de estas aplicaciones deben hacerse monotributistas. En el caso de Rappi, otorga 15 días para que lo presenten. De lo contrario, la empresa bloquea el usuario y este no puede cobrar las ganancias obtenidas antes de los 15 días. Cabe recalcar que un estudio contable asociado a Rappi puede agilizar el trámite del monotributo. Obviamente, se le cobra un monto por este “servicio” al trabajador.

Para atraer y entusiasmar a los potenciales trabajadores, estas compañías proponen un trabajo “sin jefes”, por la cantidad de horas que uno quiera trabajar. También plantean los “beneficios de ser monotributista”.
Las compañías tienen un proceso constante de contratación. Capacitan 150 trabajadores nuevos diarios. Esto no tiene como objetivo cubrir la demanda del servicio, sino que juegan con el desgaste y  el alto grado de abandono que tienen estas empresas. La explotación que viven los trabajadores de las apps, fomenta a que trabajes un par de meses y te vayas; no buscan generar empleo estable.
Las plataformas ya capacitaron más de 10 mil riders o glovers en los últimos meses, como se los suele llamar. La mayor parte de ellos son jóvenes e inmigrantes, generalmente venezolanos. No poseen ART o seguro médico. Ante cualquier accidente que tengas, la empresa no se hace responsable. Las propuestas de ART de las compañías proponían, particularmente de Glovo, que cada empleado se la pagara, y además las empresas cobrarían comisión; una muestra más de precarización laboral.

La utilización de tecnología promueve la intensificación del control y la explotación laboral, por medio de relaciones de trabajo que en realidad son aún más precarizadas que las tradicionales. Es un accionar ilegitimo de las empresas, que pretenden ocultar que se trata de trabajo en relación de dependencia. Numerosos tribunales alrededor de todo el mundo están fallando contra la precarización laboral de estas plataformas.  


Varias de las compañías cuestionadas tienen demandas en otros países. No sólo por las condiciones laborales, sino por las innumerables defraudaciones, evasiones y estafas que caracterizan a estas compañías. Son empresas muchas veces radicadas en paraísos fiscales. Casi no le tributan a Argentina

Esta novedosa idea del trabajo “on demand”, esconde relaciones ya conocidas de precarización del trabajo, que ahora aparecen en el siglo XXI en forma de aplicaciones móviles de este tipo. Los riders de estas plataformas de transporte y pedidos (Rappi, Glovo y Uber), conformaron un sindicato para intentar contrarrestar las injustas situaciones que viven los trabajadores todos los días. La APP, o Asociación de Personal de Plataformas, sostiene que predomina un accionar ilegitimo y explotador por parte de las compañías.

Las empresas son las que deciden las tarifas y comisiones, pero se deslindan de la obligación de pagar impuestos, cargando sobre los hombros de los trabajadores dicha obligación. Las compañías controlan a los riders constantemente por satélite, les agregan y quitan tareas, suspenden y despiden, todo desde un celular. Además, la aguda crisis económica que atraviesa el país, y que ha generado una nueva masa de desocupados que crece día a día, promueve la aceptación de condiciones de trabajo desfavorables y explotadoras ante la necesidad de obtener un trabajo, el que sea.  
Los nuevos modos de explotación parecen evolucionar a través de estas aplicaciones, que promueven la “esclavitud” del nuevo milenio detrás de una fachada de trabajo “sin jefes” y modalidades tecnológicas de contratación y prestación de servicios, todo esto sustentado en la idea de meritocracia y progreso individual impulsado por la filosofía neoliberal. Es necesario que el poder judicial y las distintas instituciones de los Estados controlen y regulen el accionar de estas compañías, que generan cuantiosas ganancias sin pagar impuestos y explotando a sus trabajadores. La prestación de servicios de este tipo debe promover condiciones de trabajo dignas, formalizadas y estables, que no jueguen con la desesperación y el desgaste de los jóvenes que quieren trabajar, y mantenerse a sí mismos y a sus familias.



Comentarios

  1. Estoy totalmente de acuerdo, estamos en 2021 y nada a cambiado la explotación continúa mejorando. 🤷‍♀️

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  2. Estoy totalmente de acuerdo, estamos en 2021 y nada a cambiado la explotación continúa mejorando. 🤷‍♀️

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